SE CUMPLEN 52 AÑOS DE LA MASACRE DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y UNIVERSITARIO EN CALI
Viernes 26 de febrero de 1971, fecha nefasta en la historia de Cali
Por Rodolfo Poveda
Fue un viernes muy trágico, porque el número de asesinados se aproximó a cincuenta, más de cien heridos y casi siete mil detenidos, todos y todas víctimas de la acción criminal y represiva del ejército y la policía, según los informes periodísticos y de organizaciones internacionales de la época.
Importantes antecedentes influyeron para generar en el movimiento estudiantil una reacción pacífica en contra de la antidemocrática y elitista administración de la Universidad del Valle, en manos de su rector Alfonso Ocampo Londoño.

Hechos históricos y políticos internacionales influyeron en la dinámica del estudiantado organizado en la FEU (Federación estudiantil universitaria). Entre estos hechos se pueden citar:
- La Revolución Cubana.
- La Revolución Cultural China.
- El surgimiento de los movimientos insurgentes.
- El movimiento de rebeldía de la juventud (hipismo).
- La lucha y movimientos contra la guerra en Vietnam.
- La Revolución de Primavera de Mayo en el año de 1968, adelantada por los estudiantes franceses exigiendo el cogobierno en las universidades con participación directa y efectiva de los estudiantes y otros estamentos en la administración y dirección de las universidades, contra el elitismo y la exclusión.
- El robo del triunfo electoral al General Gustavo Rojas Pinilla candidato de la Anapo (Alianza Nacional Popular) en las elecciones de 1970, durante el
Gobierno de Carlos Lleras Restrepo, para imponer a Misael Pastrana Borrero.
Todos estos hechos, generaron un movimiento para democratizar la Universidad del Valle, conducente también a terminar su vinculación y dependencia de las multinacionales Ford, Rockefeller, Kellog y el BID, de los Cuerpos de Paz que habían convertido en la Universidad del Valle en su fortín. Exigían además cambios en la composición del Consejo Superior en manos de intereses privados que la hacían elitista y excluyente. Este Consejo Superior estaba conformado por un representante del clero, un representante de la Andi, un representante de Fenalco, un representante de Acopi, un representante del sector financiero, un representante de la C.V.C., un representante de los exalumnos nombrado por el Rector.

El Rector Alfonso Campo Londoño, padre del actual Ministro de Hacienda, se negó rotundamente y los estudiantes a través de la Federación Universitaria Estudiantil le exigieron su renuncia, a lo cual se negó pues tenía el apoyo incondicional de su Consejo Superior, del Alcalde conservador Carlos Holguín Sardi y del Gobernador liberal Marino Rengifo Salcedo.
Otro hecho que exasperó las pretensiones de democratizar la Universidad en los estudiantes, fue el veto del rector al nombramiento de Bernardo García como decano de la división de Ciencias Sociales y Económicas e impuso a su incondicional Julio Mendoza Durán, con el miserable argumento que “los extremistas quieren entregarle la División de Ciencias Sociales y Económicas a Bernardo García con larga historia al servicio de la anarquía y el desorden”. La respuesta vehemente fue inmediata y el 15 de febrero los estudiantes se toman la rectoría y ubican un enorme cartel que decía: “RECTORIA, PRIMER TERRITORIO LIBRE DE LA UNIVERSIDAD”. Recuerden que la lucha era también contra el imperialismo representado por las multinacionales que la ocupaban.

A partir de este hecho siguieron otras tomas, asambleas y mítines, para que se cumplieran sus exigencias con el fin de democratizar la universidad e implementar un cogobierno, presionando la renuncia del rector.
El día 25 de Febrero se organizó una marcha a la Plaza de Caicedo, con la participación de los estudiantes del histórico Colegio Republicano de Santa Librada, de donde habían egresado una buena parte de sus dirigentes, del Colegio Eustaquio Palacios, el Colegio Politécnico Municipal y de los estudiantes de la Universidad Santiago de Cali. La consigna de esta marcha fue: “TOMA DE LA PLAZA DE CAICEDO- TOMA SIN BOLILLO”.
Ante el hostigamiento y agresión del ejército y de la policía, la marcha se dirigió hacia la Plaza de San Francisco, para solicitar dialogo con el gobernador Marino Rengifo Salcedo, quien se negó a recibirlos y la marcha regresó pacíficamente a la Universidad en San Fernando, pues lo que sería la sede deportiva para los Juegos Panamericanos en Meléndez y futura sede de la Universidad del Valle, aún no estaba habilitada.
La marcha pacífica encontró militarizada en su parte externa toda la Universidad, con los estudiantes que realizaban la toma en su interior lo que determinó que se dirigieran al Parque del Perro, que se convirtió en “sede del movimiento”.
La noche del 25 de Febrero con autorización del rector Alfonso Ocampo Londoño, el alcalde Carlos Holguín Sardi y el Gobernador Marino Rengifo Salcedo, ordenaron en la madrugada del 26 de febrero, que a sangre y fuego ocuparan y desalojaran la Universidad.
El trágico viernes 26 de febrero, los estudiantes al tener conocimiento de ese arbitrario hecho, a las 8:00 de la mañana programaron una Gran Marcha Pacífica para protestar y denunciar, pero la represión y la agresión contra ellos por parte de la policía y el ejército se generalizó para impedir la marcha, mientras se mantenía la consigna de realizar la movilización. La represión de la Fuerza Militar respaldada por el Gobierno Municipal y Departamental, llega al hecho de asesinar de un tiro en la cabeza cerca de la Universidad al estudiante Edgar Mejía Vargas, llamado cariñosamente JALISCO, aproximadamente a las 10:30 de esa mañana. A partir de ese momento con rabia e indignación se insiste en la marcha hacia el centro de la ciudad, pero la policía y el ejército arremeten, reprimen, hieren y asesinan sin ningún tipo de consideración, originando un enfrentamiento desigual; quienes participamos
y vivimos este trágico día siendo muy jóvenes, solo teníamos la alternativa de refugiarnos en cualquier lugar para no ser víctimas del salvaje proceder. A las 2:00

P.M. se decretó el toque de queda que duró tres días y a pesar de la medida siguieron las protestas en las calles, en la noche el saldo trágico era elevado y más de siete mil detenidos, víctimas de vejámenes y torturas. Desde entonces el presidente impostor Misael Pastrana Borrero inauguró en el país el ESTADO DE SITIO, como mecanismo autoritario para impedir las manifestaciones democráticas de los diferentes sectores del pueblo Colombiano.
Este crimen fue tapado con la publicidad y la realización de los Juegos Panamericanos, pero esta tragedia no puede pasar desapercibida en el corazón y la mente de quienes vivimos y sentimos la historia de esta bella ciudad.
Esta conmemoración es un homenaje eterno a las víctimas, familiares y quienes lucharon por defender y darle la dimensión que hoy tiene la Universidad del Valle y la Educación Pública en nuestro país.
Además del recuerdo y la conmemoración es preciso recordar que estos trágicos y dolorosos hechos, fueron temas de autores, que con sus obras los mantienen vigentes:
- EL ATRAVESADO, de Andrés Caicedo.
- POEMAS AL 26 DE FEBRERO, de Enrique Buenaventura.
- JALISCO PIERDE EN CALI, de Gabriela Castellanos.
- LA REBELION DE LOS ESTUDIANTES 1971, documental de Univalle.
- EL TITIRITERO, de Gustavo Álvarez Gardeazabal.
Esta tragedia generó la implementación del cogobierno en las Universidades Públicas, a realizar importantes reformas y sobre todo a convertirlas en más abiertas e incluyentes, en beneficio de la Educación Pública.

Podríamos comparar este hecho en algunos aspectos, por el protagonismo de los jóvenes, del 26 de Febrero con la protesta social de abril 28 de 2021, lo cierto es que el sacrificio no fue inútil. Por eso para el movimiento estudiantil sigue vigente su consigna:
“26 DE FEBRERO, NO LO OLVIDE COMPAÑERO”
Rodolfo Poveda
Abogado defensor de Derechos Humanos Historiador
Periodista