Por Carlos Zota Jiménez.
Ex técnico de Patinaje de Carreras del Valle y Colombia
Caminábamos el año 1976 y la Junta de Deportes del Valle y la Liga de Hockey y Patinaje del Valle me encomendaron la aventura de generar y organizar una nueva disciplina deportiva, muy popular en Bogotá, Cundinamarca, Antioquia y otras regiones del país, pero casi que desconocida en Cali y el Valle del Cauca: el Patinaje de Carreras.
Después de Promover en algunos colegios de la ciudad esta nueva disciplina, llegaron a patinar estudiantes del Berchmans, Pio Xll, Lacordaire, Nuestra Señora del Rosario, Santa Librada y de otros como el Colegio Bennett, de donde llegó una niña de 12 años que tenía un gran talento y muchas ganas de patinar. Era Luz Mery Tristán, quien, estimulada también por algunos amigos, llegó a la cancha de hockey del Evangelista Mora, donde entrenábamos en las tardes, mostrando sus condiciones deportivas, su talento para las carreras y su decisión de alcanzar cosas grandes en el deporte.
Desde ese momento, su vocación por el patinaje de carreras, su férrea disciplina, su sacrificio en los entrenamientos y su deseo de escalar rápidamente en este deporte, la catapultaron a los grandes resultados deportivos en lo departamental y nacional, estableciéndose rápidamente como la referente femenina a nivel nacional e internacional en esta disciplina deportiva, donde al mismo tiempo el Valle del Cauca se convertía en una potencia nacional, tanto en ruta como en pista, sin tener patinódromo en Cali, aunque Buga ya construía el suyo.
Luz Mery Tristán, siempre fue una deportista íntegra, ejemplo para la juventud vallecaucana e insignia del deporte nacional, por la gran cantidad de logros con las camisetas del Valle y de Colombia, con las que alcanzó un icónico campeonato mundial en Bello, Antioquia, en 1990, que celebramos alborozados todos los colombianos.
Luz Mery, deportista del patinaje, del ciclismo, de la formación de una gran cantidad de patinadores en su escuela en Pance, fue una mujer sin igual, de férreas convicciones, de personalidad avasalladora, noble hija, madre ejemplar dedicada a su familia, amiga de todos, pero por sobre todo un ejemplo de vida y amor por lo que hacía.
Hoy que ya no estás, solo puedo decir, muchas gracias por tu vida y…
HASTA SIEMPRE, LUZ MERY.
